Hoy ha sido un día especialmente extraño.
Todo comenzó a la 1 de la madrugada cuando, tal y como haría una persona responsable, me dispuse a leer la lectura obligatoria de gallego: "Os dous de sempre". El problema fue que el destino me jugó una mala pasada, ya que si yo hubiera sabido que tras disfrutar de los primeros capítulos de esta novela me pasaría tres horas pensando inconscientemente en los nombre de los protagonistas y ello me impediría dormir, habría dejado esta tarea para el día anterior al examen, teniendo en cuenta que empiezo a tener muchos exámenes esta semana y no estoy como para no dormir.
Y lo mejor aún estaba por venir.
A tercera hora, en dibujo técnico, no me enteraba de nada. De hecho, ni siquiera sabía hacer las láminas que llevaba haciendo este último mes. Un desastre. La verdad, me sentí un poco mal por Alfonso, ya que debía de ser desesperante intentar hacerme ver qué se suponía que tenía que hacer en cada ejercicio. Consecuencias de no dormir. En fin.
Lo más curioso de todo es que en matemáticas, asignatura la cual me encanta pero este año no he conseguido llevar a clase ni un solo ejercicio bien resuelto, Novo nos puso ejercicios de Selectividad y fui capaz de hacerlos sin problemas. De hecho fui la primera en terminarlos con diferencia, siendo un hecho sorprendente porque nunca destaqué por mi rapidez en el cálculo mental, siendo este nefasto.
Más tarde, en historia, a nuestro profesor le pareció divertido asustarnos diciendo que mañana había examen de su asignatura. Espero que sea mentira porque no he repasado nada. Si mañana hay otra entrada del apartado "Historia de España" ya sabéis por qué es.
Finalmente lo más divertido fue que en física me entró un ataque de risa muy fuerte que aún cuando pienso en él me río. La verdad, no recuerdo por qué me dio, pero me dio. Increíble.
Para terminar este post os dejo un tuit súper gracioso que encontré en mi timeline:
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