miércoles, 11 de octubre de 2017

Clases extrañas

Las clases de física siempre han sido un coñazo. Ejercicios por aquí, ejercicios por allá; dudas por aquí, dudas por allá; ataques de ansiedad por aquí, ataques de ansiedad por allá. Y es que irse por física sin ningún tipo de placer ni cariño por ella, puede ser el mayor castigo que alguien se puede dar.

Por suerte o por desgracia, me apasiona la física. Digamos que soy una especie de friki que se pasa las tardes de los viernes haciendo ejercicios por puro placer y diversión (tampoco tanto, dejémoslo en solo los sábados por la mañana o domingos por la tarde). A pesar de mi extraña afición, me quedaba sopa en las clases de esta asignatura el año pasado. Cabe destacar que la materia no era física únicamente sino, también, química

Poneos en situación: si ya me quedo sopa en física imaginaos cómo me quedaba en una de mis asignaturas más odiadas...

Pero este año, física ha cambiado, y no me refiero a las leyes por las que se rige, sino por las clases. Esas benditas sillas tan cómodas para echarse a dormir a rienda suelta, han sido sustituidas por unas sillas duras, frías e incómodas que, como a alguien se le ocurra dormir en ellas, queda con escoliosis para toda su vida. A la par que las sillas, nuestra cálida y reconfortante aula se ha convertido en una especie de iglú donde da igual si fuera hay 45º: allí dentro hará frío, es su naturaleza.

Además nuestro profesor (ahora, además, tutor) se dedica a hacer bromas y chistes. Algunos incluso con un tono verde que asustaría a algún que otro trabajador de este colegio católico. Aquí un ejemplo:

- (...) Entonces, el sentido del resultado del producto vectorial se determina usando la regla de la mano derecha (...). ¿Lo habéis entendido? Quiero que entendáis esto muy bien, ya que este año vamos a usar mucho en física la mano derecha.

- *comienzan unas risas por el fondo que poco a poco se van extendiendo*

La verdad, ahora que lo analizo en frío, quizás no era su intención hacer ese doble sentido tan desafortunado, lo que demostraría mi teoría de que aunque físicamente tengamos 17 años, nuestra mente se quedó estancada en la preadolescencia, confirmándose así una vez más la Teoría de la Relatividad de Einstein.


Para darle un final menos agresivo a este post, he decidido añadir algunos chistes sobre química:


  • ¿Sabes qué grita un CH3 parado en el balcón de un décimo piso?
    -¡Metilo! ¿Metilo o no metilo?

  • ¿Sabes por qué los osos blancos se disuelven en agua?
    Pues porque son polares.

  • Entra un neutrón a un boliche y pide un trago. Al terminar, el neutrón mira al cantinero y pregunta: -¿cuánto es?
    El cantinero le responde: -Para usted nada amigo, sin carga.

Podría seguir pero viendo que el nivel de los chistes no sube prefiero dejarlo antes de hacer el ridículo. Escoged física antes que química, o acabaréis haciendo chistes de ese estilo.


Resultado de imagen de fisica chiste

No hay comentarios:

Publicar un comentario