jueves, 4 de enero de 2018

Adán y Eva: parodiando una parodia.



Y, finalmente, representamos nuestro sketch.

En un primer momento estábamos nerviosísimas y el hecho de que en medio de la caracterización aparecieran unos niños saliendo de la Iglesia del colegio no ayudó nada (teniendo en cuenta que estábamos parodiando seres mitológicos de la religión cristiana, os podéis imaginar la escena).

Por fin, con nuestros disfraces puestos, comenzamos a recitar nuestros guiones no sin un leve temblor en la voz. Poco a poco fuimos cogiendo confianza y creo que se notó, porque rápidamente florecieron las sonrisas de nuestros compañeros, que hacían de espectadores.

Obtuvimos una de las mejores notas de la clase y, sinceramente, estoy muy orgullosa de mis compañeras porque creo que lo hicieron increíblemente bien y demostraron tener un carisma  impresionante para la representación.

Una lástima no tener vídeo de tan increíble actuación (sarcasmo).

Aquí os dejo un sketch que otros de mis compañeros representaron que, la verdad, fue la mar de divertido:



También os dejo unas pautas para hacer un sketch original:

  1. El sketch está en la idea no en el texto
Un recién licenciado en nanociencia echa un currículum en el confesionario de una iglesia.  Un señor quiere ingresar dinero en un banco de semen. En un coche, una pareja empieza a discutir porque él siempre decide por ella, terminan divorciándose allí mismo y al final una voz telefónica irrumpe: “entonces, ¿patatas bravas o deluxe?”; abrimos plano y vemos que están en un autoburguer. La clave de un sketch está en la idea. No hay tiempo para desarrollar nada complejo (que no es lo mismo que desarrollar un sketch complejo), así que lo más efectivo es que la idea plantee una situación (una acción, un inicio dinámico) y que ésta contenga un conflicto cómicoclaro. Una vez se tiene la idea, existen recursos para sacar un mayor rendimiento cómico de ella (la exageración, la reiteración, el enredo, el chiste de línea…), pero son recursos complementarios, mecanismos para ‘rizar el rizo’ y elevar el grado de comedia que debería contener la premisa planteada. Del mismo modo, puedes meter unos diálogos muy mordaces y picados, pero si no tienen una buena idea a la que agarrarse se quedarán a medio gas. Vale la pena darle unas vueltas a la idea antes de ponerse a teclear. La idea es clave.
  1. Hay que plantear las situaciones lo antes posible
El sketch suele tener una extensión entre 1 y 3 páginas. No hay tiempo para mucho. Esto tiene que ser un ‘pim, pam, pum’. El conflicto debería quedar definido en el primer tercio del sketch, preferiblemente en la primera descripción o en las primeras líneas de diálogo. No hace falta contar que el recién licenciado va por la calle con un fajo de currículums, se planta frente a la iglesia, la mira dubitativo, se coloca bien las gafas, entra y se acerca al confesionario. Hay que ir al grano. Colocar a los personajes en la arena y enfrentarlos para que empiece la pugna. Tal vez empezar con un chiste rápido: El cura está leyendo la revista ¡Amén!, irrumpe un chico repeinado con gafas de pasta y una mochila mariconera: “Ave María Purísima. Vengo a dejar el currículum”. No olvidemos que el objetivo es provocar risas, y cuánto antes se provoquen mejor. Además, si el sketch tarda en arrancar y tienes dos páginas de margen, es fácil acabar comiéndose parte del desarrollo de la idea y, por tanto, también de la deseable escalada cómica.
  1. Risa ‘in crescendo’
La escalada cómica. Toda la comedia que pueda generar un sketch se debe construir de menor a mayor. Los chistes se deben ordenador de menos a más (la teoría del ‘1, 2, 3’ es tiro seguro). Si quieres expresar lo tacaño que es alguien primero dirás que recoge los céntimos del suelo y al final dirás que si se le incendia la casa en vez de llamar a los bomberos les hará ‘perdidas’. Del mismo modo, el desarrollo de la idea también debe trazar una línea ascendente. Hay un sketch inglés muy gracioso (lo cuelgo abajo) que plantea una terapia de gente con fobias cuyas fobias impiden que la terapia transcurra con normalidad. La idea es genial y regala buenos momentos de comedia gracias a su desarrollo ascendente, a un diálogo de equívocos que se va enredando cada vez más hasta decir basta. Un buen ejemplo de cómo provocar una risa ‘in crescendo’ partiendo de una buena idea y con chistes de línea a su servicio.
  1. Pim, pam, pum.
Entrar rápido, contar rápido, salir rápido. Pim, pam, pum. Las situaciones que tienen lugar en un sketch suelen sustentarse en tres o cuatro pulsos. No son historias profundas, no hay desarrollos paralelos, son situaciones cómicas, anécdotas cazadas al vuelo, y hay que prescindir de todo aquello que no haga avanzar la acción, contribuya al conflicto y la conduzca hacia el puñetazo final.
  1. El puñetazo final.
El ‘punch’. El ‘chimpum’. La cereza. Todo cambia en el último momento. Todo lo establecido hasta entonces estaba al servicio de este giro final e inesperado que lo pone todo patas arriba y te arranca una salvaje carcajada. El sketch te ha explicado algo, ha generado una expectativa, y la verdad es que hasta ahora no era especialmente gracioso. Pero, ¡pum!, faltaba lo mejor, el descubrimiento, la dosis extra, el puñetazo. O no. Tal vez sólo es un chiste que sirve de remate final, pero es un chiste que le da un empujón definitivo a la idea cómica. El sketch es un formato de consumo rápido. Es un pellizquito rápido y ligero entre horas. Es un bombón pequeño pero apetecible e intenso (símiles que se van de madre). El sketch tiene que dejarte con una sonrisa en la boca, y la manera más fácil de conseguirlo es poniendo lo mejor al final, en el último suspiro, antes del corte a negro. De ese modo el relato habrá terminado en alto y el espectador ávido de risas te lo agradecerá antes de pasar al siguiente sketch y se olvide del tuyo para siempre.
Son pautas que suelen encontrarse en la mayoría de sketches. Y de hecho son de bastante sentido común puesto que todas ellas nacen de una misma necesidad: contar algo rápido. A mí me sirve tenerlas en cuenta cuando me pongo a escribir sketches.
En fin. La verdad es que iba a poner un ejemplo por regla, pero es que la mayoría de sketches suelen cumplir estas cinco. Así que aquí van unos cuantos para vuestra buena salud y unos abdominales Hasselhoff.
Fuente: https://ojoconelguion.wordpress.com/2014/12/21/como-escribir-un-sketch-i-5-reglas-basicas/


No hay comentarios:

Publicar un comentario