En esta primera toma de contacto he atisbado la posibilidad de que sea OTRA VEZ un coñazo de tema. Solo pido equivocarme y pasar, por fin, unas clases de matemáticas como merezco, pudiendo usar la cabeza en vez de aprenderme fórmulas que no entiendo.
Sí, por culpa de mi terrible memoria prefiero mil veces antes razonar en un examen que aplicar una fórmula que no entiendo, ya que me quita la posibilidad de razonar si lo estoy haciendo bien o mal.
Aquí os dejo un resumen de la primera parte de este tema:
El ángulo que forman dos rectas es igual al ángulo agudo determinado por los vectores directores de las rectas.
Dos rectas son perpendiculares si vectores directores son ortogonales.
Ejemplos:
Hallar el ángulo que forman las rectas:
1
2
3
Ángulo entre dos planos
El ángulo formado por dos planos es igual al ángulo agudo determinado por los vectores normales de dichos planos.
Dos planos son perpendiculares si vectores normales son ortogonales.
Ejemplo:
Hallar el ángulo que forman los planos:
Ángulo entre recta y plano
El ángulo que forman una recta, r, y un plano, π, es el ángulo formado por r con su proyección ortogonal sobre π, r'.
El ángulo que forman una recta y un plano es igual al complementario del ángulo agudo que forman el vector director de la recta y el vector normal del plano.
Si la recta r y el plano π son perpendiculares, el vector director de la rectay el vector normal del plano tienen la misma dirección y, por tanto, sus componentes son proporcionales.
Ejemplos:
1 Determinar el ángulo que forman la recta y el plano .
2 Hallar el ángulo que forman la recta y el plano .
3 Obtener el ángulo formado por el plano y la recta siguientes:
Hace unas 2 semanas, mi padre, supongo, harto de escucharme recitar en alto la teoría de la generación del 27 que me entraba en el examen de lengua de esa misma semana decidió obsequiarme con una página del periódico.
Al principio no entendía nada hasta que, de pronto, se me ocurrió la increíble idea de mirar el título del artículo que salía.
Sí, era un artículo sobre la Generación del 27 ya que, el mismo día de nuestro examen de Lengua, esta cumplía 90 años. Allí descubrí que toda esa literatura tan zen y mísitica que estudiábamos no eran más que poemas de 4 adultos con complejo de adolescente, con sus enfados y riñas y con su afán de aventuras.
La icónica imagen que supuso el acta fundacional del grupo se tomó durante un homenaje a Góngora en Sevilla
La imagen que acompaña estas líneas es probablemente la más famosa de la generación del 27. Tomada durante unas jornadas poéticas celebradas en Sevilla hace exactamente 90 años en honor de Luis de Góngora, se considera algo así como el acta fundacional del grupo. Es, sin embargo, una imagen más bien sosa, tristona, que no hace honor a tres días que fueron, en sí mismos, pura literatura; por sus protagonistas y sus nuevas ideas artísticas, pero también por las ausencias —sobre todo la de Pedro Salinas—, por unas juergas que pasaron por sanatorios mentales y peligrosos viajes en barco, y unos recuerdos tal vez magnificados y muchas veces contradictorios que colocan aquel viaje en el territorio de la leyenda, como dejó escrito 50 años después Jorge Guillén en el poema Los amigos.
Así, el 15 de diciembre,Dámaso Alonso,José Bergamín,Gerardo Diego,Jorge Guillén, Juan Chabás,Federico García LorcayRafael Alberticogieron el tren diurno hacia Sevilla con la firme intención de defender, en dos jornadas organizadas por el Ateneo hispalense, el legado gongorino y, de paso, la “nueva literatura” que ellos representaban. “Terminaron por hablar de sí mismos y por decir sus poemas y los de los jóvenes poetas de Sevilla que los recibieron: Cernuda y los agrupados en torno a la revista Mediodía”, escribeel profesor de la Universidad de Granada Andrés Soria Olmedo. Las dos veladas poéticas se celebraron los días 16 y 17 en el salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País —el Ateneo estaba ocupado por los donativos para la fiesta de Reyes—.La amistad es, precisamente, el elemento aglutinador más repetido al hablar de un colectivo de lo más heterogéneo, en sus edades y sus poéticas. Pero aquel año de 1927, en torno al homenaje a Góngora en el tercer centenario de su muerte, fueron “más grupo o generación que nunca”, escribe el catedrático Francisco Javier Díez de Revenga.
Su impacto fue relativo y, mientras Alberti lo recordó después como un “éxito inusitado”, Alonso hablaba con pesar de auditorios de “40 o 50 personas”, mientras que al banquete organizada como despedida el día 18, fueron "¡oh sorpresa! [...] ¡400 comensales!". En todo caso, su reflejo en la prensa —tres medios publicaron la famosa imagen tomada la noche del 16 al 17— fue mucho mayor que el de los actos gongorinos organizados meses antes en Madrid.
Pero en el recuerdo mitológico de aquellos días tuvo mucho que ver la parte lúdica, unas parrandas subvencionadas por el torero-escritor que fascinó a los poetas y tuvo el primer impulso de organizar el encuentro literario: Ignacio Sánchez Mejías. Así, la primera noche, la del 15, acabó ya de día tras una velada que incluyó el consumo de grandes cantidades de manzanilla, disfraces morunos, sesiones de hipnotismo aficionado, heroicos recitados de memoria de los 1.091 versos de la Primera Soledad de Góngora, escenas de teatro improvisadas, visitas “a algunos locos” de un manicomio cercano y un concierto del cantaor El Niño de Jerez, con el Niño de Huelva a la guitarra, según el repaso que hace el profesor Manuel Bernal Romero en varios trabajos.
La segunda noche, tras su paso por algún café del barrio de Triana, quedó para siempre fijada en la memoria de sus protagonistas cuando Lorca se empeñó en cruzar en barco un Guadalquivir desbordado y bravío por las lluvias. Alonso lo recordó así en 1965: “Aún traíamos las risas de tierra, pero se nos fueron rebajando, como con frío. Y hacia la mitad de la corriente sonaban a falso, a triste. Único entre todos, Federico no disimulaba su miedo. […] Imagen de la vida: casi el núcleo central de una generación, atravesaba el río. La embarcación era un símbolo: representaba los vínculos y contactos personales que ligan a los miembros de un grupo en conjunta florescencia: la amistad, el compañerismo, los compartidos sentimientos, los mutuos influjos...”.
"Hay que pensar que el relato de esos días se construyó años después, a partir de la nostalgia y muy influido por la guerra, la muerte de Lorca, el exilio...”, explica el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid José Teruel, que enmarca aquellas jornadas y la fotografía que deja constancia de ellas dentro de una fase de construcción del grupo que culmina con la publicación de Poesía española. Antología 1915-1931, de Gerardo Diego. Habla de un acto de autopromoción consciente y de enorme eficacia: "Llama la atención lo rápido que consiguen situarse en la historia", añade.
En este mismo diario, el especialista Ángel L. Prieto de Paula se refería el pasado septiembre a la "canonización del 27" de la siguiente manera: "Unos autores aprovechan una circunstancia, en este caso el tercer centenario de la muerte de Góngora, para presentar sus credenciales como grupo emergente de la poesía española. Lo único novedoso es la plena consciencia de sus promotores, poetas-profesores que protagonizan una historia que ellos mismos se encargan de escribir".
“¿La foto es una carta de identidad? Quizá sí, pero con la artificiosidad de las fotos de carnet". Otra vez con el poema de Jorge Guillén (1977): “¿Aquel momento ya es una leyenda?”, cita el profesor Soria Olmedo. El poeta se respondió en realidad a sí mismo en los siguientes versos: “Leyenda que recoge firme núcleo / Así no se evapora, legendario”.
TRES FOTOS Y VARIAS AUSENCIAS
La famosa fotografía de la generación del 27 en realidad son tres, publicadas en los diarios La Unión, El Noticiero y El Liberal. La primera la firma Dubois y la segunda, Serrano. La tercera, aunque también se le atribuye a este último, se ha barajado que sea aquella a la que se refirió muchas veces Pepín Bello, muy amigo del grupo de poetas; aseguraba que la hizo con una cámara prestada.
Pero quizá más interesante que las autorías son las ausencias de esa imagen, sobre todo la de Pedro Salinas, que había sido catedrático hasta hacía poco de la Universidad de Sevilla y no tenía muy buena opinión ni del Ateneo ni del torero Ignacio Sánchez Mejías.
Tampoco aparecen en la fotografía Vicente Aleixandre —muy joven todavía, poeta en ciernes— ni por supuesto ninguna de las autoras cercanas al grupo, siempre en segundo plano, como Concha Méndez o Ernestina Champourcín. Algunos autores citan únicamente a la poetisa local Amantina Cobos entre los asistentes aquella noche del 16 al 17 de diciembre. También estaba entre el público Luis Cernuda; probablemente dolido aún por las críticas frías e, incluso, desfavorables de algunos de sus futuros compañeros de generación a su primer poemario, Perfil del aire.
leyendo el libro de "Matádeo mañá", donde se narra la vida de Elixio Rodríguez, un republicano y galeguista que se salva de la muerte incontables veces a lo largo de su vida. Es, obviamente, una autobiografía.
Al principio del libro me estaba entreteniendo mucho, pero ahora que estoy por la parte en la que se encuentra en la zona republicana me está dando muuuuuuuuuucha pereza seguir. Me aburre, y mucho.
Dejo aquí un artículo sobre el autor, que es básicamente el argumento del libro:
Detenido por la Guardia Civil al comienzo de la Guerra Civil pasó dos meses encarcelado en el convento de Celanova, habilitado como prisión, consiguió evitar el "paseo" enganchando en la Legión. Pasó algún tiempo en Cáceres en labores administrativas hasta entrar en el arma de aviación con la esperanza de poder pasar a la zona republicana. Estuvo destinado cómo capitán en León y en el pequeño aeródromo de Navia (Coaña), en febrero de 1937, se incorporó a la Legión Cóndor. Al mes siguiente consiguió evadirse en un Breguet XIXa Gibraltar y pasar a la zona republicana.
Una vez en territorio republicano, fue destinado a la base de San Javier en Murcia pero fue detenido y condenado a muerte acusado de espionaje para el enemigo. Gracias a la intervención de Castelao y otros diputados gallegos residentes en Valencia se consiguió la anulación de la sentencia y la celebración de un nuevo juicio, en el cuál fue absuelto. Pasó el resto de la guerra en Barcelona al cargo de la intendencia de aviación y como secretario general de la Solidariedade Galega Antifeixista hasta que con la caída de Cataluña tuvo que pasar a Francia, saliendo del país en el barco Ipanema hacia Veracruz donde llegó el 13 de julio de 1939, aceptando la oferta de las autoridades de mexicanas para adoptar la nacionalidad mexicana y estableciendo su residencia en la Ciudad de México como empresario y distribuidor.
No perdió sin embargo el espíritu galleguista, manteniendo la militancia en el Partido Galeguista en el exilio. Fue uno de los promotores en 1952 y locutor del programa semanal de radio en gallego Hora de Galicia, primero emitida en la emisora XMEC y luego en Cadena Radio Continental. El 29 de junio de 1953 participó en el establecimiento del Patronato de la Cultura Gallega, por el cuál fue delegado en el Congreso de la Emigración Gallega celebrado en 1965 en Santiago de Compostela siendo el único en leer su comunicación en gallego. También participó en la creación de la revista Vieiros dirigida por Carlos Velo.
En 1994 publicó en Edicións Xerais el libro de memorias Matádeo mañá; memorias dun aviador galeguista republicano entre a guerra e o exilio (ISBN 9788475078342).
Los que me conozcan bien lo sabrán, pero para los que no, quizás flipeis un poco: sí, todavía me sé de memoria un texto del libro de Francés de 2º de ESO, y me dedico a recitarlo en los momentos más inoportunos (graxinconsciente).
Lo curioso de todo esto es que, hasta hace escasos meses no sabía qué estaba diciendo cuando lo recitaba, porque en su momento me chapé la pronunciación sin más, sin reparar siquiera en el significado del susodicho texto.
Este año gracias a Francés, he aprendido lo suficiente como para darme cuanta de que el oral que tanto repetía insaciablemente iba, nada más y nada menos, sobre...
En France, Il y a plusieurs variétés du fromages. On dit qu'il y en a plus de 300 un pour chaque jour de l'année. Parmi les plus connus, on peut citer le Camembert, fabriqué en Normandie, ou bien le Munster alsacien... Et puis, n'oublions pas le pain typique français: la baguette, dorée et croutillante, un vrai délice! La France est aussi le pays du on vin. L'un des plus célèbres est le Bordeaux. Produit dans le Sud-Ouest, il prend son nom de la ville homonyme. Et, bien sûr, on ne peut pas oublier le Champagne, qui prend lui aussi son nom de la région où il est produit et qui est exporté dans le monde entier.
Libro: Tous á bord 2
Sí, en mi cabeza hay mucha mierda.
Para finalizar os dejo un maravilloso vídeo sobre los quesos (en francés, por supuesto):
Yo, segura de que física (a pesar de las advertencias) este año iba a ser un paseo, como quien dice, me lo tomé un poco a coña, sobre todo en la primera evaluación, en la cual obtuve los resultados más o menos deseados.
Esta evaluación siento que empiezo a patinar, dudando si el problema es mío o de la materia a tratar, que no parece ser mi fuerte, la verdad.
Cierto es que el esfuerzo que le estoy poniendo es bastante menor que el de la evaluación anterior, pero también es verdad que necesito apretar más en otras asignaturas como inglés.
Solo espero que, con un poco de suerte, mis neuronas se centren por fin en lo que se tienen que centrar (campo magnético) y no la caguen como con campo eléctrico.
Aprende qué son los campos magnéticos y cómo se calculan.
¿Qué es un campo magnético?
Un campo magnético es una idea que usamos como herramienta para describir cómo se distribuye una fuerza magnética en el espacio alrededor y dentro de algo magnético.
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con objetos magnéticos cotidianos y reconocemos que pueden existir fuerzas entre ellos. Comprendemos que los imanes tienen dos polos y que dependiendo de su orientación se atraen (polos opuestos) o se repelen (polos iguales), y sabemos que existe una región alrededor de ellos donde esto sucede. El campo magnético describe esta región.
Típicamente representamos el campo magnético de dos maneras diferentes:
Describimos matemáticamente el campo magnético como un campo vectorial. Podemos representar directamente este campo como un conjunto de vectores dibujados en una cuadrícula. Cada vector apunta en la dirección en la que lo haría una brújula y su magnitud depende de la fuerza magnética.
Arreglar muchas brújulas en un patrón de cuadrícula y colocar este patrón en un campo magnético ilustra esta técnica. La única diferencia en este caso es que una brújula no muestra la intensidad del campo.
Figura 1: representación del campo vectorial para un imán de barra
Figura 1:representación del campo vectorial de un imán de barra.
Una forma alternativa para representar la información contenida en un campo vectorial es por medio de las lineas de campo. En esta representación, omitimos la cuadrícula y conectamos los vectores con líneas suaves. Podemos dibujar tantas líneas como queramos.
Figura 2: representación del campo de un imán de barra por medio de líneas de campo
Figura 2:representación del campo de un imán de barra por medio de líneas de campo
La descripción por medio de líneas de campo tiene algunas propiedades útiles:
La líneas de campo magnético nunca se cruzan.
Las líneas de campo magnético se amontonan de forma natural en las regiones donde el campo es más intenso. Esto significa que la densidad de líneas de campo indica la intensidad del mismo.
Las líneas de campo magnético no comienzan ni terminan en algún lugar, siempre forman curvas cerradas y continúan dentro de un material magnético (aunque no siempre las dibujamos de esta forma).
Necesitamos una manera de indicar la dirección del campo. Para esto, a menudo dibujamos flechas sobre las líneas, aunque a veces no lo hacemos. En estos casos, debemos indicar la dirección de alguna otra forma. Por razones históricas, la convención es etiquetar una región como "norte" y otra como "sur" y dibujar solo las líneas que van de uno a otro "polo", así como suponer que las líneas van de norte a sur. Usualmente colocamos las etiquetas "N" y "S" en los extremos de una fuente de campo magnético, aunque, estrictamente hablando, esto es arbitrario y no hay nada especial sobre estas regiones.
En el mundo real, podemos visualizar las líneas de campo de forma sencilla. Comúnmente lo hacemos con limadura de hierro esparcida alrededor de una superficie cercana a algo magnético. Cada partícula de la limadura se comporta como un pequeño imán con un polo norte y un polo sur. Las partículas de limadura naturalmente se separan unas de otras porque los polos similares se repelen. El resultado es un patrón semejante a las líneas de campo. Mientras que el patrón general siempre será el mismo, la posición exacta y la densidad de las líneas de limadura dependen de cómo caen sus partículas, su tamaño y sus propiedades magnéticas.
Figura 3: líneas de campo magnético alrededor de un imán de barra visualizadas por medio de limadura de hierro.
Figura 3:lineas de campo magnético alrededor de un imán de barra visualizadas por medio de limadura de hierro.
¿Cómo medimos campos magnéticos?
Puesto que el campo magnético es una cantidad vectorial, hay dos aspectos que necesitamos medir para describirlo: su intensidad y su dirección.
La dirección es fácil de medir. Podemos usar una brújula, que se alinea con el campo. Las brújulas se han usado para navegar (utilizando el campo magnético) desde el siglo XI.
Interesantemente, medir la intensidad es mucho más difícil. Los primeros magnetrómetros funcionales estuvieron disponibles hasta el siglo XIX. Para funcionar, la mayoría de estos magnetómetros aprovechan la fuerza que siente un electrón cuando se mueve a través un campo magnético.
La medición precisa de campos magnéticos pequeños solo ha sido práctica desde el descubrimiento, en 1988, de la magnetorresistencia gigante en materiales especiales de capas múltiples. Este descubrimiento en la física fundamental fue rápidamente aplicado a la tecnología que usan los discos duros para almacenar datos en las computadoras, y como consecuencia la la capacidad de almacenamiento aumentó más de mil veces en pocos años (de 0.1 a 100 Gbit/pulgada2 entre 1991 y 2003 [2]). En 2007, Albert Fert y Peter Grünberg recibieron el Premio Nobel de Física por este descubrimiento.
En el sistema SI, la unidad del campo magnético es el tesla (cuyo símbolo es T, nombrado en honor a Nikola Tesla). Definimos el tesla en términos de cuánta fuerza ejerce un campo magnético sobre una carga. Un pequeño imán de refrigerador produce un campo de alrededor de 0.001T y el campo magnético de la Tierra es de alrededor de 5⋅10−5T. A menudo se usa una medida alternativa, el gauss (cuyo símbolo es G). Entre estas dos medidas hay un factor de conversión muy simple: 1T=104G. Usamos los gauss a menudo porque un campo de 1 tesla es muy grande.
En términos de ecuaciones, denotamos la magnitud del campo eléctrico con el símbolo BB. También puede que veas una cantidad llamada "intensidad de campo magnético", denotada con el símbolo HH. Tanto BB como HH tienen las mismas unidades, pero HH toma en cuenta el efecto de que los campos magnéticos se concentran en los materiales magnéticos. Para problemas simples que se desarrollan en el aire, no necesitas preocuparte por esta distinción.
¿Cuál es el origen del campo magnético?
El campo magnético ocurre siempre que una carga está en movimiento. Conforme se pone más carga en más movimiento, la magnitud del campo magnético crece.
El magnetismo y los campos magnéticos son un aspecto de la fuerza electromagnética, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza.
Hay dos formas básicas con las que podemos lograr que una carga se mueva, y generar así un campo magnético útil:
Generar un flujo de corriente en un alambre; por ejemplo, al conectar un alambre a una batería. Conforme incrementamos la corriente (cantidad de carga en movimiento), el campo magnético se incrementa proporcionalmente. Si nos alejamos del alambre, el campo disminuye de forma inversamente proporcional a la distancia. La ley de Amperedescribe este fenómeno. Simplificada para decirnos cuál es el campo magnético a una distancia rr de un alambre muy largo por donde pasa una corriente II, la ley establece que
B=2πrμ0IB, equals, start fraction, mu, start subscript, 0, end subscript, I, divided by, 2, pi, r, end fraction
En esta ecuación, μ0mu, start subscript, 0, end subscript es una constante especial conocida como permeabilidad del vacío, y está dada por μ0=4π⋅10−7T⋅m/A. Algunos materiales tienen la habilidad de concentrar campos magnéticos; este fenómeno ocurre con los materiales que tienen una alta permeabilidad.
Ya que el campo magnético es un vector, también necesitamos conocer la dirección. Para la corriente convencional que fluye a través de un alambre recto, podemos encontrarla con la regla del agarre de mano derecha: imagina que agarras el alambre con la mano derecha y tu pulgar apunta en la dirección en la que fluye la corriente; los dedos muestran la dirección del campo magnético que se envuelve alrededor del alambre.
Usamos la regla del agarre de la mano derecha para encontrar la dirección del campo magnético (B) basados en la dirección de la corriente (I). [3]
Figura 4:usamos la regla del agarre de la mano derecha para encontrar la dirección del campo magnético (B) basados en la dirección de la corriente (I).[3]
Explotar el hecho de que los electrones (que están cargados) parecen
tener cierto movimiento alrededor de los núcleos de los átomos. Así es como funcionan los imanes permanentes. Como sabemos por experiencia, solo algunos materiales "especiales" pueden volverse imanes y algunos imanes son mucho más fuertes que otros, así que ciertas condiciones específicas son necesarias:
Aunque los átomos a menudo tienen muchos electrones, en su mayoría se "aparean" de tal forma que el campo magnético total de un par se cancela. Decimos que dos electrones apareados de esta manera tienen espines opuestos . Así, si queremos que algo sea magnético, necesitamos átomos que tengan uno o más electrones desapareados con el mismo espín. El hierro, por ejemplo, es un material "especial" que cuenta con cuatro de tales electrones, y por lo tanto es bueno para hacer imanes.
Aun un pequeño pedazo de material contiene miles de millones de átomos. Si todos están orientados de manera aleatoria, el campo total se cancela, sin importar cuántos electrones desapareados tenga el pedazo. El material tiene que ser lo suficientemente estable a temperatura ambiente para permitir que se establezca una orientación preferente. Si esta orientación se establece permanentemente, entonces tenemos un imán permanente, también conocido como ferroimán.
Algunos materiales solo pueden ordenarse lo suficiente para volverse magnéticos cuando están bajo la presencia de un campo magnético externo. El campo externo alinea hacia arriba los espines de todos los electrones, pero esta alineación desaparece una vez que cesa el campo externo. Decimos que este tipo de materiales son paramagnéticos.
El metal de una puerta de refrigerador es un ejemplo de un material paramagnético. La puerta en sí no es magnética, pero se comporta como un imán cuando colocamos otro imán sobre ella. Entonces, ambos imanes se atraen lo suficiente para mantener la lista de compras ensangüichada entre ellos.
Cancelar el campo de la Tierra
La Figura 5 muestra una configuración en la que una brújula se encuentra cerca de un alambre vertical. Cuando no pasa corriente por el alambre, debido al campo magnético terrestre, la brújula apunta hacia el norte (supón que la magnitud del campo magnético terrestre es 5⋅10−5T).